lunes, 20 de junio de 2011

Sueño temido. Capítulo tres.

Bueno pues yo soy Anita y aquí dejo mi historia.
___________________

Nos dirigimos a la cafetería. Él me invitó a una tostada de queso deliciosa y un zumo de naranja natural muy jugoso. Mientras desayunábamos, estábamos hablando, bueno, técnicamente solo hablaba él. Yo no quería mirarle a la cara, para no poderle hacer nunca daño. Mientras comía, él me estaba explicando el porqué se vino a este instituto. Es una larga historia, decía él, pero aún así contó.
-Hace unos meses, a mi madre le diagnosticaron una mancha en el pecho un poco tarde. A los pocos meses murió y yo me tuve que mudar aquí con mi padre. Este era el único instituto que está cerca de casa de mi padre y el más barato.
-Ah...lo siento por lo de tu madre, la mía murió cuando yo tenía seis años y tuve que irme a vivir con mi abuela, pero dejemos el tema, no me gusta hablar de eso...
-De acuerdo, yo también lo siento por lo de tu madre. ¿Y tú aquí no tienes ningun amigo?
-No.
-¿Porqué?
-Pues porque no le quiero hacer daño a nadie.
-Pero... ¿cómo vas a hacerle a alguien daño, con lo buena persona que pareces?
-Si te lo dijera me dejarías de hablar y me tomarías por loca.
-¿Dejar de hablarte? Lo dudo muchísimo. Venga, cuéntamelo.
-No.
Sonó el timbre, tocaba castellano, así que cogí a Jonathan del brazo y fuimos corriendo a clase.
Cuando llegamos al pasillo de clase, todo el mundo me estaba mirando, supongo que era porque como siempre estaba sola y ahora estaba acompañada y además por un chico, pues no me conseguían quitar la vista de encima. Cuando vino la profesora, se quedó mirándonos a los dos y me preguntó quién era. Yo le respondí que era un alumno nuevo y que se llamaba Jonathan. La profesora de castellano, se llamaba Paula, era muy simpática y me encantaba como hacía las clases. Las hacía divertidas y entretenidas, no como otras que solo hablan y hablan de cosas sin importancia.
En cuanto entramos a clase, yo me senté en mi sitio, atrás del todo, sola, como de costumbre. Jonathan al no tener sitio y no saber con quién sentarse se sentó conmigo. Durante la hora de castellano estuve muy dispersa. No sabía que hacer con Jonathan. Me decía a mí misma: "Si le hablo, a lo mejor le puedo hacer daño, pero esta puede ser la única oportunidad de poder tener un amigo". Estaba echa un lío, no sabía que hacer. Él de vez en cuando me miraba y yo bajaba la cabeza para no pensar en él, pero era difícil.
-Haced los ejercicios tres y cuatro de esta página de deberes-dijo Paula, la profesora.
-¿Qué ejercicios hay que hacer, Tamy?-preguntó Jonathan.
-El tres y cuatro, Jonathan.
-Vale, gracias. Oye, puedes llamarme Jonny si prefieres.
-Vale.
Tamy, que raro, hacía años que nadie me llamaba así. Tamy es como me llamaba mi madre antes de morir. Se me hace raro de que me llame así, pero me gusta. Acabó la hora de castellano y tocaba patio. Yo, como siempre, estaba en la biblioteca, ya que pensaba, ¿para qué voy a salir? No quería parecer más marginada aún, así que nunca salía de allí. Jonny no sabía con quien ir, ya que él aún no tenía amigos, solamente me tenía a mí, así que se vino conmigo.
En la hora del patio me estuvo contando anécdotas suyas de este verano, pero yo no le hacía mucho caso. Yo estaba en mi mundo, recordándo como era mi madre, o intentándolo. Ha pasado ya tanto tiempo, que apenas me recuerdo de como era, se que era muy cariñosa y una maravillosa persona.

1 comentario:

  1. Akii, andrea y Lightwood(qee? me mola mas mi apellido "de pega" ¬//¬)
    Sta muy bn cariñoo! ^o^
    excepto las faltas -.-' xd
    y lo de tu-ya-sabes-qué T.T

    bueno,un besotee,cariñoo!

    ResponderEliminar